Si las calles de esta ciudad hablaran, nos contarían historias de barricadas y de fuego, mezcladas con sudor, sangre y lágrimas. En esas historias estaría la menuda y resiliente figura de Luisa Toledo, quien con un par de palabras emocionó a generaciones, además fue quien por más años que pasaron desde el asesinato de sus hijos Eduardo y Rafael por manos de la policía, nunca dejó de salir a la calle para para que nose dejara de conmemorar su muerte y sobre todo su vida de jóvenes combatientes.
Hoy 29 de marzo surgirán nuevas historias de barricadas y de fuego, las que se levantarán por Eduardo y Rafael, y a su ves por las decenas de jóvenes combatientes que decidieron dar el paso hacia el ataque ofensivo en contra del dominio.
Las historias de antaño de los jóvenes que combatieron la dictadura nos entregan un rico y nutritivo camino, en el cual varixs jóvenes de hoy crecieron y cimientan nuevos senderos para los que vendrán.
Si las calles hablaran contarían las historias de los jóvenes combatientes de ayer y de hoy, y tenemos que hacer lo im/posible para que cuenten las historias de los que vendrán. Tal cual como lo hizo con sangre, sudor y lágrimas Luisa Toledo.
Sólo muere quien se olvida. Que las barricadas no dejen de arder.
Mónica Caballero Sepúlveda.
Presa anarquista