«No es la muerte lo que un hombre debe temer, pero debería temer nunca empezar a vivir».
Marco Aurelio, Meditaciones
Hay asuntos que deben denunciarse con la mayor firmeza, uno de ellos es la forma en que se aborda la salud de los presos. La negligencia y los malos tratos son endémicos, si no malintencionados, institucionalizados. Tenía programada una resonancia magnética y análisis de sangre para detectar marcadores tumorales a finales de octubre de 2023 en la Bristol Royal Infirmary. Deberían haberme puesto en espera médica y haberme proporcionado ese tratamiento, pero me trasladaron al Polígono de Alta Seguridad de larga duración, donde el equipo médico de la prisión no me hizo el análisis de sangre hasta finales de diciembre. Las autoridades médicas de la prisión nunca me han revelado los resultados de esos análisis de sangre. De hecho, sólo obtuve los resultados después de que un compañero llamara a la Unidad de Oncología del NHS de Bristol. En dos ocasiones el equipo de la prisión no ha facilitado una consulta telefónica con mi médico para recibir los resultados de los análisis de sangre. El sistema médico de la prisión ha fracasado totalmente en todos los sentidos a la hora de dar continuidad a mi proceso oncológico. Mi resonancia magnética programada, de la que no se me ha dado ninguna información, no se me ha comunicado por miedo a que aproveche la oportunidad para escaparme. La última vez, los despreciables del servicio penitenciario me ataron las manos con una cremallera antes de meterme en el ataúd del escáner de resonancia magnética, una indignidad que no volveré a aceptar ni siquiera a riesgo de mi salud. Lxs presxs mueren cada día encadenados a las camas de los hospitales vigilados por bastardos con llaves y porras. La prisión es una abominación y el único futuro por el que luchamos es uno en el que se destruya para siempre. Viviré y moriré como yo decida.
¡Muerte al Estado!
Toby, 18 de enero de 2024, HMP Garth
Traducido por Informativo Anarquista
Desde Dark Nights