La dictadura militar dejó grandes y profundas cicatrices en una parte de lxs habitantes del territorio denominado por el estado chileno, gracias al terrorismo estatal que no escatimó en aplastar a todxs aquellxs que pudiecen obstaculizar la implantacion del nuevo modelo neoliberal. Así se conoció la cara más dura de la represión en lxs miles de presxs, torturadxs, asesinadxs y desaparecidxs.
El miedo y las heridas dejadas por los agentes del estado, pueden paralizar a cualquiera, no puedo ni pretendo juzgar o criticar a quienes hayan optado por quedarse en sus casas, despues de haber vivido la tortura y/o la perdida y/o desaparicion de un ser amado. Por otra parte hay otrxs que llenxs de cicatrices se quitaron el temor y se levantaron sin victimismos en contra del sistema del terror y del olvido. Entre estas ultimas estaba Luisa.
Luisa pudo haberse quedado viviendo su luto dentro de su espacio mas íntimo, pero prefirió que la muerte de sus hijos sembrara la rebeldía de cientxs de jóvenes ( y no tan jóvenes) combatientes.
Recuerdo hoy a Luisa, no solo por ser la madre de Rafael, el Eduardo y el Pablo y que ellos fueron combatientes asesinados por agentes del Estado, también la recuerdo porque es parte viva de la historia de muchxs que al igual que sus hijos, decidieron enfrentar al dominio y construir por un mundo distinto.
Este primer aniversario de su fallecimiento esta lleno de nostalgia, para quienes nos emocionamos hasta la médula escuchándola o que tuvimos el placer de recibir uno de sus afectuosos abrazos .Tambien es un día para empaparnos de un poquito de la inmensa fuerza y resiliencia que tanto caracterizaba a la compañera.
En este mes También conmemoro la partida de la incansable Herminia Concha, esta gran mujer que hizo de su vida un enfrentamiento constante en contra del imperialismo, la cárcel etc.
Que por nuestras abuelas no se enciendan velas sino llamas insurrectas !!!!
Mónica Caballero Sepúlveda.
Presa Anarquista.
Julio 2022