Palabras a más de 2 años del atentado contra la Direccion Nazional de Gendarmeria de $hile y a 13 meses de encierro de los compañeros anarquistas Aldo y Lucas Hernandez.
Durante estos días asalta la nostalgia, el extrañar aquel aire de la calle envuelve al despertar en estas celdas. Ya van 12 meses desde que el GOPE llego reventando distintas puertas de diferentes espacios en los cuales transitabamos o pisamos alguna vez.
Lamentamos en lo profundo de nuestro sentir que la bastarda policía expusiera a esxs bellxs seres pequeñxs a tanta violencia, y que sus ojos vieran sus despreciables uniformes y armas que estaban dispuestas al encuentro y captura de Aldo, hasta el momento único imputado por el atentado explosivo contra la Direccion Nazional de Gendarmeria de $hile, y Lucas, imputado por tenencias de distintos armamentos y explosivos.
A la policía no le importó ni en lo más mínimo vulnerar los derechos básicos de las niñas y niños presentes en los distintos espacios allanados.
Hemos vivido las consecuencias y vaivenes del mundo carcelario, donde nuestras convicciones se mantienen irreductibles y con más ganas que ayer de ver esta sociedad colapsar después de un golpe certero al seno de la repugnante paz social. Durante este año hemos estado separados como hermanos y hemos vivido distintos procesos carcelarios. Aldo en un módulo de alta peligrosidad en la Cárcel-Centro de extermino La Gonzalina, donde es el único preso político en el módulo. Lucas ha estado en distintos módulos de la Cárcel-Empresa Santiago Uno. El estar vinculados a la calle, a la ilegalidad y la causa que nos asedia en el presente ha influido en como desenvolvernos y posicionarnos en nuestro caminar como presos, donde se ha tenido que enfrentar a distintas situaciones carcelarias.
Consideramos que en esas situaciones es sumamente importante defender nuestro posicionamiento contra la sociedad y la cárcel, contra la cárcel y la sociedad: contra la sociedad carcelaria.
A pesar de todo, se ha aprendido a estar atentos a distintos códigos y frecuencias, aquí, donde las cuchillas y las lanzas hablan por sí solas. Siempre intensionando que los metales apunten a los carceleros y no entre presos.
Seguimos con nuestra integridad intacta, nuestros pasos ilegales pisaron fuerte en las calles, siempre intensionando más, nunca quedándonos en el mal menor ni en la bruta comodidad, rompimos con ella y así es como nos aventuramos a la osadía de los hechos.
Actualmente nos siguen investigando, intentando buscar más y más, intentarán condenarnos con las penas más altas que puedan, acorde a nuestros distintos delitos, condenas ejemplificadoras como ocurrió recientemente con el compañero Francisco Solar.
Para nosotros el único ejemplo es la coherencia de seguir posicionados contra el dominio desde la misma casa de los carceleros.
Tengan claro que las ideas y el accionar revolucionario es a prueba de balas y grilletes. Estas son las consecuencias de nuestro existir anárquico y libre, asumimos los costos sin temor, ningún fiscal o tribunal nos hará sentir el desespero ni mucho menos nos doblegarán. Ellos son quienes nos temen, no nosotros.
Ellos son los cobardes, no quienes decididos caminamos con nuestros muertxs al lado y con la muerte que, muchas veces, nos acompaña en cada movimiento ilegalista y en cada accionar.
Cientos de proyectos personales-políticos quedaron en pausa, aún así, desde estas mazmorras, nos mantenemos claros y con la disposición para seguir contribuyendo a la lucha anarquista que camina firme y decidida por la destrucción del poder, sus sirvientes y toda la sociedad carcelera existente.
La vida es frágil y ninguna es la excepción.
Un saludo fraterno a lxs distintxs compañerxs que dignamente enfrentan sus días en las diferentes cárceles del mundo.
¡Fuego a la cárcel y sus carceleros!
¡Muerte a la mentira dominante!
Con las ideas claras y más afiladas nada ha acabado, la guerra continúa.
Viva la anarquía.
Aldo Hernández Valdes – Centro de exterminio La Gonzalina
Lucas Hernández Valdés – Carcel-Empresa Santiago uno.
Prisioneros Anarquistas.