extraído desde Indymedia Atenas y traducido por nosotrxs
(Grecia) Octubre es un mes de memoria y acción para el revolucionario anarquista Kyriakos Xymitiris.
Mientras haya quienes mueran en combate, existiremos para continuar la guerra.
Y cuando morimos, morimos como estrellas que esparcen luz. Como esa luz que brilló un año antes de la explosión en el apartamento de Ampelokipi el 31 de octubre, cuando el combatiente armado anarquista Kyriakos Xymitiris recorría la última parte de su viaje, donde todo se condensa en un instante, donde su conciencia revolucionaria se alinea con el deseo de poner fin a este mundo envejecido que se alimenta de su carne.
Lleno de un inmenso compañerismo, determinación y sin inclinación a retroceder, se comprometió a luchar con una visión de libertad. Con ojos claros, el compañero Kyriakos Xymitiris no hizo concesiones a la emoción, amaba la vida y la honraba con cada respiro que tomaba. Tanto en Berlín como en Atenas, participó indistintamente en todos los campos de lucha. En manifestaciones y marchas contra la gentrificación, en rondas antifascistas y antipatriarcales, en pegadas masivas de carteles, en defensas militantes de ocupaciones, en luchas contra el colonialismo y las prisiones.
Se mantuvo firme en sus convicciones anarquistas. En este mundo asfixiante construido sobre poderes que estrangulan la belleza salvaje de la libertad incontrolada, sobre políticas depredadoras, sobre políticas de muerte y guerras que los poderes occidentales instauraron en los países del «tercer mundo» pisoteando cadáveres, sobre cínicas confesiones del tipo «quien no se adapta, muere», el compañero Kyriakos Xymitiris no apartó la mirada. En este mundo de emociones fabricadas, comportamientos estandarizados, contratos sociales, apatía masiva, el compañero Kyriakos Xymitiris vivió sin tregua en el aquí y ahora. En un contexto de intensificación del autoritarismo y la militarización, de creciente inseguridad y empobrecimiento generalizado, el compañero Kyriakos Xymitiris alcanzó su propia trascendencia, renunció a sus privilegios sociales y asumió su responsabilidad. En un momento en el que las relaciones se criminalizan llenando páginas y páginas de largas acusaciones, en el que los encarcelamientos sistemáticos intentan enviar un mensaje contundente de terrorismo criminal, en el que el mecanismo judicial muestra sus garras a los pobres diablos y vuelve su mirada hacia los crímenes del capitalismo de Estado, el compañero Kyriakos demostró que la estrategia de represión no intimida a las conciencias revolucionarias. En un momento en que el movimiento está sufriendo un revés, debido a la internalización de la represión, la adaptabilidad y la integración, el compañero Kyriakos Xymitiris decidió no ceder y contribuir a la configuración histórica de los acontecimientos subversivos. Desafiando los tiempos, se decantó por el camino de las responsabilidades políticas y revolucionarias. Armado de coraje y determinación, optó por responder a la violencia de la dominación.
Su prioridad era preservar la tradición revolucionaria de medios específicos de lucha, que con el tiempo habían quedado inactivos. Frente al monopolio de la violencia del poder, respondió eligiendo la no violencia liberadora como medio para poner fin al sufrimiento que padecía la mayor parte de la humanidad. El compañero Kyriakos Xymitiris agudizó la dialéctica y se negó a aceptar que quienes detentan el poder sean los únicos exponentes legítimos de la violencia. Luchó sin garantías, sin condiciones seguras e infalibles, con alma, fe y determinación.
Porque se trata de una guerra. Una guerra de clases y social. Y para el compañero Kyriakos Xymitiris, la inacción ni siquiera existía como posibilidad.
En esta guerra, al elegir la vida, cayó luchando. Su muerte es, por lo tanto, una afirmación de la vida, y la preservación de su memoria revolucionaria es todo menos un proceso neutral. Es una espina clavada al olvido y una grieta en la historia impuesta por los gobernantes. Es parte de nuestra propia lucha, nuestro presente y nuestro futuro. Es historia viva. Una historia que se construyó sobre las sonrisas y las miradas cómplices de nuestra propia gente, nuestrxs propixs amigxs, nuestrxs propixs compañerxs.
Y si algunos no regresaron, viven entre nosotrxs en cada respiro de libertad. Y si algunxs cayeron en combate, nos acompañan en cada acción que emprendemos. Y si algunxs se fueron antes de tiempo, caminan delante de nosotrxs y nos allanan el camino. Y todxs ellxs son quienes llenaron con su sangre el tintero de la historia revolucionaria. Puede que no hayamos caminado junto a ellxs, pero caminamos a su lado. Puede que no hayamos elegido el mismo camino, pero mirábamos al mismo cielo. Porque habíamos elegido la resistencia, la visión revolucionaria, el odio por este mundo y el amor por la vida. Y su memoria subversiva actúa como combustible en nuestros fuegos, como tinta en nuestros textos, como consignas en nuestras marchas y como piedras en nuestros bolsillos, dando sentido a su muerte, llamándolos a otra batalla. Una y otra vez…
Somos nosotrxs quienes debemos preservar su memoria, recordar su acción explosiva y su determinación aguda. Somos nosotrxs quienes debemos transformar el duelo común en ira y formación agresiva. Somos nosotrxs quienes debemos dar algo por aquellos que lo dieron todo.
Convirtamos octubre en un mes de memoria y lucha insurreccional. Estemos orgullosamente al lado de nuestro compañero Kyriakos Xymitiris a través de acciones e intervenciones, a través de afiches y barricadas, a través de actividades y conspiraciones. Mantengamos viva su memoria, defendamos sus decisiones, asegurémonos de que siga PRESENTE.
Creemos, por lo tanto, momentos de expresión anarquista rompiendo la norma. Cuestionemos el mito de la omnipotencia del Estado y la paz social proponiendo solidaridad, igualdad y libertad, superemos nuestros límites, desplegando nuestras disposiciones subversivas de forma militante en la calle. Chocamos con el sistema caníbal viviendo momentos que nos dejan sin aliento. Defendamos nuestras ideas en la práctica, reclamando vida en lugar de supervivencia, compañerismo en lugar de alienación, libertad en lugar de sumisión, conflicto en lugar de integración.
Depende de aquellxs que se sienten parte de sí mismos apoyar a Kyriakos y manifestar de todas las formas posibles e improbables la ruptura con el mundo del poder. Y nuestros propios corazones, desde nuestro propio corazón, te acompañarán en cada batalla. Una y otra vez…
Nunca volveremos a ser lxs mismxs.
Debemos cambiar profundamente
La forma en que sucedieron las cosas.
Cuando mueren nuestrxs compañerxs,
los lloramos.
Cuando mueren nuestrxs compañerxs,
nos vengamos.
Cuando mueren nuestrxs compañerxs,
nos preguntamos por qué.
Debemos cambiar profundamente
la forma en que sucedieron las cosas.
*Poema de Weather Underground tras una explosión en una residencia de Nueva York en la que murieron Diana, Ted y Terry, miembrxs de Weather.
Dimitra Zarafeta,
Marianna Manoura,
Prisión de mujeres de Korydallos