extraído desde La Nemesi y traducido por nosotrxs
(Grecia) Reivindicación del doble atentado incendiario contra casa de diputado y policía en Atenas. 14 de mayo, 2025.
Reivindicamos la autoría del doble atentado con artefactos incendiarios de baja potencia que tuvo lugar al amanecer del 14 de mayo de 2025 en la entrada de los edificios donde residen el diputado de Néa Dimokratía Maximos Charakopoulos y el agente de la policía helena Yiannis Meidanis.
Nuestros movimientos no fueron en absoluto aleatorios, sino que significaron un primer acto de solidaridad ofensiva con los detenidos por los hechos ocurridos durante el acto de DAP-NDFK en la Facultad de Derecho. Nuestro ataque había sido planeado para las semanas siguientes. Sin embargo, debido a los acontecimientos, sentimos la necesidad de acelerar el paso y redefinir el clima de miedo que Chrysochoidis, con la colaboración de los medios de comunicación, quiere infligirnos, devolviendo el miedo a aquellos que tanto lo necesitan. Por cada allanamiento de las casas de los compañeros, visitaremos también la tuya.
Una tenue capa de luz une lo político y lo personal. Es como la luz que desprende el crepúsculo en las primeras horas de la mañana, cuando no se sabe dónde acaba la noche y empieza el día, cuando los límites de una se difuminan con los de la otra. Nuestro crepúsculo es el momento de las explosiones, el momento en que dimos a la noche sus primeros colores con la esperanza de que surgiera algo nuevo, uniendo estos dos polos (político/personal) a través de la acción. Pero para nosotrxs lo personal no se detiene en el individuo, sino que parte de él; no se limita a su estrecha lógica, sino que se desarrolla a partir de ella. No somos sólo individuxs, somos lo que hacemos: el pasado nos ha llevado al presente y el presente nos lleva al futuro. Somos nuestras decisiones: estos señores decidieron conscientemente ponerse del lado de la autoridad. Nosotrxs nos opusimos conscientemente. Pero, ¿qué ocurre cuando los roles sociales suprimen nuestra evolución individual y colectiva? Llega la resistencia, empieza la guerra. Un delgado hilo nos une a las luchas de ayer y avanzamos para que las luchas de mañana puedan existir y tener un terreno sobre el que desenvolverse.
Así pues, empecemos: uno es parlamentario, el otro es policía. Uno representa/ejerce el poder ejecutivo, el otro impone el poder de la dirección política correspondiente mediante la represión. Juntos, estos dos pilares del aparato estatal (los otros dos son el poder legislativo y la propaganda) forman el sistema estatal, y las razones para atacarlos de forma permanente y continua nos resultan obvias. Hoy, sin embargo, analizaremos y concretaremos estas razones de forma específica. Nuestra planificación estratégica se refiere a la administración de justicia por el crimen de Tempi, del que nuestro sentido interno de la justicia te ha declarado culpable, y esto es sólo una primera muestra de tu «castigo». Se oye aquí y allá que has sustituido al jefe de estación y que hiciste un arreglo con tu hermano Agapios Charakopoulos, a la sazón director del departamento de policía de Larissa y encargado de supervisar personalmente la escena del incidente, que alteró la misma escena y fue ascendido a general de brigada como recompensa por su pericia en encubrir la labor de tu gobierno. Favoreces políticos a los criminales y sigues sin inmutarte defendiendo la línea de tu partido. ¿No coinciden las cosas, Maximos? Dicen que donde hay humo también hay fuego y en tu caso ciertamente hubo ambas cosas. Hemos oído que no podías respirar, que te despertaste a causa del humo y las llamas y que tenías miedo de hacerte daño. ¿Qué pueden decir las 57 personas que viajaban en el primer tren? ¿Qué pueden decir los que vivirán con la pesadilla de esa noche que les perseguirá para siempre? ¿Con el olor a carne quemada y las imágenes de miembros amputados grabadas para siempre en su memoria? ¿Qué pueden decir los padres cuando intentan calmarse, pero usted y su pútrida compañía no se lo permiten? ¿Qué podemos decir todos, conscientes de que podríamos haber estado en ese tren aquella noche? Podríamos haberlo hecho, porque somos conscientes de nuestra posición de clase dentro de esta sociedad.
Nos señalas con el dedo y gritas que esto no encaja con la «democracia», que ustedes son más fuertes y que todos estos elementos criminales y terroristas serán capturados. En tu democracia y en la de tus amigos no cabe nada más, porque has pensado en todo, ya que no existirías si no hubieras impuesto tu sistema social y lo sabes. Por eso proteges con todas tus fuerzas tu sofisticado y aparentemente impenetrable sistema de defensa. Al fin y al cabo, ciertos mecanismos ya eran evidentes desde el principio, cuando empezaste a elaborar el plan de encubrimiento. ¿Hablamos del montaje del diálogo entre el jefe de estación y el conductor, creado desde la primera salida y difundido en todos los medios de propaganda de masas? ¿De las puertas comprometidas y las ópticas invisibles de las cámaras? ¿O del combustible? ¿Y de las reclamaciones del grupo de expertos de derechas? ¿Y de los contratos desaparecidos, mientras el ministro de Transportes, Kostas Karamanlis, cuestionaba audazmente las cuestiones de seguridad? ¿O de los residuos? ¿De los fiscales que enviaban padres a los curas? Todo esto y más apunta a su responsabilidad de arreglar el desastre.
Este asesinato es sólo uno de los muchos crímenes de Estado en una enorme lista, ya sea en el ámbito de la esclavitud asalariada, como la muerte de los trabajadores portuarios que trabajan para los navieros, o en los hospitales donde los trabajadores sanitarios luchan con recursos mínimos para salvar vidas que se pierden a medida que el servicio nacional de salud está cada vez más falto de personal, o crímenes como el de Pylos, debido a las políticas migratorias asesinas y la matanza de inmigrantes en barracas infernales o en las calles por la escoria de la policía helénica. Son asesinatos que giran en torno al altar del beneficio y la supervivencia de los poderosos.
Es hora, pues, de aplastar a los bastardos que nos oprimen con su hegemonía política, a los que nos muestran cada día el lado más violento del poder institucionalizado. Tan arrogantes y ladrones como el llorón Máximo que, tras desbancar a los tozudos partidos humanistas, habla de «defender» a los débiles ciudadanos y a los matones que envenenan la sociedad en un intento de hacerse la víctima. Su lastimera autocompasión no nos causa más que repugnancia: cuando allanó el camino para el encubrimiento del asesinato de los 57 en Tempi junto a su hermano, no vimos ninguna perturbación por su parte. Habla usted de terroristas, y estamos de acuerdo con usted, porque para nosotros es parte integrante de nuestra acción devolverles en la medida de lo posible el dolor y la violencia que han causado y aterrorizarles hasta el colapso final. La única justicia verdadera es la que viene de las manos de quienes practican la guerra de guerrillas urbana.
La elección del ataque en dos frentes afirma que nuestro objetivo no se limita a cuestiones contingentes o a apuntar a dirigentes pasajeros, sino que forma parte del esquema permanente del contraataque contra el Estado, el capital y el poder. Somos el ataque directo, la mano armada que no espera a ser mordida para armarse, sino que golpea primero si es necesario. Al mismo tiempo, somos la prevención y la cura de una realidad enferma que golpea a cada diputado y a su protector uniformado allí donde se sienten más seguros. Ha llegado el momento de que el movimiento antiautoritario regrese como amenaza a la esfera pública con ataques de pequeño o gran impacto contra el mundo del poder. Para sostener nuestra identidad política. Respondamos a los embates represivos con acciones incendiarias y a la presión estatal con una escalada de ataques.
En el aquí y ahora construimos un mundo en ruptura con lo existente. El autoritarismo organizado siempre nos hallará en contra de la defensa de la propiedad y del monopolio de la violencia. El Estado es el mejor medio para preservar la propiedad privada, el sistema de injusticia y desigualdad. Es la armonía de la evolución orgánica la que crea la variedad de colores y formas. Esto es lo que admiramos en la flor. La acción organizada de personas unidas por el espíritu de solidaridad para que, en algún momento, el miedo cambie de rumbo y un día deje de existir.
P.D.: Dedicamos esta acción a las personas que recientemente perdieron la vida en acción, eligiendo recorrer los caminos de la guerrilla urbana.
KYRIAKOS XIMITIRIS PRESENTE
SNIZANNA PARASKEVAIDOU(1) PRESENTE
Al mismo tiempo, a todos aquellos que han llevado la pesada carga de la historia.
NO A LA PRISIÓN PREVENTIVA VENGATIVA CONTRA LXS ACUSADXS POR LOS SUCESOS DE LA FACULTAD DE DERECHO, NOS ENCONTRARÁN FRENTE A USTEDES.
SOLIDARIDAD CON LXS OKUPAS.
UNA SEÑAL OFENSIVA DE SOLIDARIDAD A TODXS LXS COMPAÑERXS ENCARCELADXS.
UN ABRAZO A MARIANNA Y DIMITRA.
NADA HA ACABADO, TODO CONTINÚA
Συμμορία επιθετικής αλληλεγγύης [Banda de Solidaridad Ofensiva]
1 Nota de traducción de La Nemesi: Snizanna Paraskevaidou fue la mujer fallecida en la deflagración del artefacto que portaba en la mañana del 3 de mayo de 2025. La explosión se produjo frente a una sucursal del Banco Nacional de Grecia.