(Chile) Hacia un mayo anarquista. Palabras del compañero Tomás González Quezada

La justicia… ¿Qué es la justicia? Muchxs entienden por justicia a quien de su mano decide juzgar, en base a una moralidad y valor ya concedido, para que una comunidad se apegue y se comporte dentro de ese patrón. Sin embargo, la justicia es realmente eso? Sin tener la verdad absoluta de aquel término, estamos quienes creemos y hacemos la justicia desde una perspectiva humanitaria en lo práctico y teórico, poniendo en la balanza la moralidad dentro de un mundo donde la persona como ente viviente ya no lo es: ya solo pasa a ser una herramienta más de un entramado ya impuesto.

¿Quién tiene la suficiente capacidad de decir que es justo, si defiende que exista el hambre y la miseria sabiendo que todxs somos de carne y hueso?, ¿Quién decide que es justo o no? ¿Un magistrado?, ¿Un jefe de estado?, ¿Un milico?, ¿Un paco? O un empleado que sólo obedece lo que ya está estipulado, sin si quiera pensar más allá. Lo curioso de todo esto es que hasta el ser más erudito en ciencias políticas se apega a las leyes y forma de vida elegida por una minoría, que cuenta: con el poder del convencimiento, con pillerías para encantar a los demás sin que estos cuestionen lo dicho; y lo hacen en base a ilusiones y falsas comodidades que derivan en la pérdida de la conciencia.

En la vida y sus matices habremos quienes nos resistimos a creer que todo debe ser tan vacío, estamos quienes mantenemos la esperanza porque nuestras raíces son profundas, nacemos rodeados de miserias porque quieren que seamos una mercancía. Sin embargo, los valores que nos hacen humanxs nos hacen justxs, nos hacen rebeldes y subversivxs: somos quienes buscamos la dignidad por la liberación de nuestra gente. Tomamos nuestras armas liberadoras para enfrentarnos al enemigx: esx mismx enemigx que nos quiere sometidxs.

Dispuestxs a todo avanzamos sin olvidarnos de quienes somos, sin olvidar nada porque nuestra memoria vive y así seguimos los intentos de hacer justicia porque ese es camino y lo será hasta el día en que me muera.

Esa es mi historia, así vivo para morir. Por amor a ti que lees esto, soy igual que tú, no me conoces, no soy más que nadie, soy el pueblo, soy la esquina de la población, soy el obrero que se levanta a las 5 am para trabajar, soy la madre que madruga para sus hijxs, soy la cordillera y el mar, soy la tierra y el cielo, soy tu Hermanx y tu vecinx, el reo, el lumpen, el bandido y terrorista.

Soy todo y a la vez nada: pero lo que menos soy es un fascista y vendedor de vida.

Tomás González Quezada Preso subversivo desde La Ex Penitenciaría