La muerte de Mauri, por primera vez daba un rostro a la oleada de ataques explosivos e incendiarios, reivindicados por grupos anarquistas, que venían aconteciendo desde principios del 2000, continuando con una larga tradición histórica de la acción antiautoritaria y también, en este territorio, de los grupos subversivos que combatieron a la dictadura y no bajaron las armas en democracia. Su muerte hizo visible que esas acciones no estaban hechas por un grupo de misteriosxs especialistas, sino que por compañerxs de carne y hueso como cualquiera, en su caso, por alguien que vivía y practicaba la anarquía desde muchas aristas aparte de la violencia: habitando y levantando espacios okupados y centros sociales, tocando en distintos proyectos musicales contraculturales, participando en un canal autogestionado barrial, en la solidaridad permanente con lxs compañerxs en prisión, organizando foros y actividades, entre otras iniciativas. Sin embargo, también fue un rostro para la represión, utilizando su muerte como la “evidencia” que necesitaban para atacar con saña a entornos ácratas específicos, sobre todo a aquellos que no renegaban de la violencia política.
Para nosotrxs reivindicar a un compañero muerto en acción, no sólo es recordar su muerte, cómo y porqué murió, sino que es también reivindicar su vida, sus prácticas y sus ideas. Creemos en la diversidad y la multiformidad de las prácticas e ideas ácratas, y para nosotrxs hablar de Mauricio Morales es hablar de esa multiformidad, es hablar que la anarquía se vive y se practica de muchas maneras, sin jerarquías o especializaciones, pero sí con convicciones, con la necesidad de poner empeño y dedicación a cada uno de nuestros proyectos.
Una de nuestras reflexiones y más que eso, una de nuestras propuestas como proyecto político anarquista hacia nuestrxs compañerxs de ideas y de prácticas, es la necesidad urgente de proyección en el entorno anárquico. En ese sentido, consideramos necesario buscar estrategias para mantener y multiplicar nuestro accionar en todas sus formas, logrando así sobrevivir a las distintas oleadas de la represión. Creemos que es importante mantener con filo nuestra lectura de las coyunturas, de nuestro presente inmediato, pero sin detenernos ahi, sino que superando y proyectando nuestro actuar hacia la destrucción de esta realidad y también hacia la construcción de la realidad que queremos. En un mundo que pareciera bordear la catástrofe inminente, en una realidad local que desborda fascismo, es importante preguntarse ¿cuáles son nuestros objetivos a corto, mediano y largo plazo, para seguir haciendo de la anarquía una posibilidad latente, en el ahora, pero también en el mañana?.
Hacer reflexiones desde la memoria del compañero es algo que lo hacemos desde el cariño, porque nos parece necesario, ya que es hablar cómo se ha desarrollado nuestro entorno político en los últimos 15 años. Pese a que es importante valorar antes que nada su vida, es esencial mirar hacia el contexto de su muerte, ya que la misma se sitúa atacando un bastión de la bestia carcelaria. En su caminar como anarquista la solidaridad con lxs compañerxs presxs y la lucha en contra de las cárceles fueron algo siempre presente, tan importante, tan imprescindible como lo es la anarquía misma. Mauri desarrolló la solidaridad anticarcelaria de incontables maneras, desde del apoyo directo a compañerxs secuestradxs en sus necesidades básicas,hasta la propaganda y la decisión de atacar directamente a quienes, que como él mismo señalaba, paseaban tranquilamente por las calles sin sufrir las consecuencias de sus actos y que son responsables directos de sostener la maquinaria carcelaria.
Recordar a Mauri siempre estará enmarcado en esa pelea en contra de las prisiones , pero también en esos corazones que desbordan amor y solidaridad, que no se encierran con rejas, muros o fronteras, y que insistirán siempre en mantener viva esa energía que dejaron todxs aquellxs que se fueron luchando por la libertad, luchando por la anarquía.
Red de Lucha y Propaganda
Mayo de 2024