Extraído de La Nemesi y traducido por Informativo Anarquista
Intervención del compañero Toby Shone desde la cárcel de Garth (Reino Unido) en el debate «Pensamiento y Acción» organizado por el Tatto Circus en El Paso Ocupado, Torino, 9-10 de marzo de 2024.
La palabra escrita subversiva
Queridos compañerxs,
soy Toby Shone, anarquista encarcelado en la Operación «A-dream», una investigación antiterrorista contra el proyecto 325 de contrainformación. Les hablo desde una prisión del noroeste de Inglaterra: es una cárcel de máxima seguridad para condenas largas, por lo que el hecho de que podamos aprovechar estos momentos es muy importante. En primer lugar, quiero dar las gracias a lxs organizadorxs de este acto por invitarme a asistir y a todxs lxs presentes que estarán escuchando. También quiero expresar mi solidaridad con todas las demás compañeras y compañeros que se enfrentan a la represión y al encarcelamiento en casos similares al mío, del que hablaremos hoy. Y, por supuesto, iniciativas como ésta son una parte importante de nuestra lucha revolucionaria.
Como ya sabrán, la operación «A-dream» fue un ataque represivo llevado a cabo por el Estado británico durante el cual se registraron 3 casas colectivas, una casa particular y un almacén. Se me acusó de ser el administrador del sitio web 325.nostate.net, lo que dio lugar a 4 cargos por terrorismo: artículo 2 (difusión de publicaciones terroristas), artículo 15 (apoyo financiero al terrorismo), más otros dos en virtud del artículo 58 (posesión de información susceptible de ser utilizada con fines terroristas). También se me acusó de varias acciones directas y de pertenencia a la FAI, ALF y ELF. Cientos de policías fueron movilizados durante los registros, que tuvieron lugar simultáneamente, y a pesar de ello, sólo uno de los compañeros fue detenido brevemente y luego puesto en libertad por falta de pruebas. Las condiciones de detención y la vigilancia constante sugieren que la investigación continúa activamente, con seguimientos y vigilancia de otrxs compañerxs que andan sueltxs, así como la observación de espacios sociales anarquistas.
¿Por qué ocurre todo esto? Porque el anarquismo es una amenaza para el orden tecnocrático existente, nuestros grupos de acción directa tienen una realidad palpable, aunque mínima, a la vista de las tareas que tenemos ante nosotrxs, y la constelación de contrainformación sigue brillando en la noche oscura y se hace más fácil de navegar y utilizar. La prensa anarquista es vista como una actividad inaceptable por la policía y los servicios. Las noticias sobre acciones directas, luchas sociales y levantamientos son blanco de la misma represión utilizada contra quienes llevan a cabo las acciones sobre las que se informa. Se trata de una estrategia que existe desde tiempos inmemoriales. En el caso de la operación «A-dream», la policía se sintió atemorizada por la retórica explícitamente insurreccionalista y anticivilizadora combinada con la distribución de publicaciones en formato digital e impreso. Durante los interrogatorios, los investigadores prestaron especial atención a la finalidad de las publicaciones anarquistas impresas. Todos los documentos digitales poseen una firma digital conocida como «hash value», que puede rastrearse en Internet y en dispositivos digitales, incluso si se borra. En cambio, las publicaciones impresas no se pueden rastrear mientras se distribuyen: una investigación sobre ellas requiere trabajo forense y una investigación policial tradicional: esto significa el uso de más recursos, dinero y personal, especialmente en el caso de publicaciones clandestinas que pueden tener una frecuencia irregular y métodos de distribución «informales».
Todo esto nos devuelve al propósito de las publicaciones anarquistas: las copias en papel existen y adquieren fuerza a medida que pasan de mano en mano precisamente porque son una realidad material con impacto. Y es en estas publicaciones donde se buscan rastros detectables con métodos científicos; sobre libros, revistas, panfletos, que hablan de ideas peligrosas que pueden inspirar nuestras vidas. Su duración temporal es diferente a la digital y nos damos cuenta. En el caso de nuestras publicaciones, aunque estén destinadas a acabar en bibliotecas universitarias, en librerías normales o, peor aún, en museos y galerías de arte, siempre siguen siendo controvertidas e incluso ilegales en algunos casos. Su objetivo es la guerra social y la destrucción del Estado. En los archivos de la investigación «A-dream» se citan decenas de publicaciones anarquistas, muchas de las cuales ciertamente damos por sentado, disponibles gratuitamente en ferias editoriales anarquistas, en casas ocupadas, en centros sociales y en banquetes de iniciativas. Sin embargo, para la policía, las unidades antiterroristas y los magistrados, estas publicaciones forman una conspiración amorfa destinada a derrocar el sistema; lo cual es cierto, pero ciertamente no en la forma perversa en que quieren interpretarlo. Para comprender esto, a menudo nos enfrentamos al modelo represivo que atribuye a los autores y teóricos una función especial, la de «dirección». Se les acusa de dar órdenes e instrucciones, que luego son ejecutadas por células o miembros. Ciertamente no necesito decirles que todo esto es una ofensa a la práctica anarquista, pero esta fue una de las líneas utilizadas por el contraterrorismo durante mis interrogatorios: ¿la posesión de la revista 325 representa pertenecer a una organización? ¿Esta organización realiza acciones? ¿Es parte de una infraestructura terrorista más grande? Este era el tipo de preguntas que me llovían. En este esquema, se crean marionetas, dispuestas en estructuras jerárquicas que reflejan sus mentes distorsionadas. En estas entrevistas mías, los investigadores se centraron en parte en funciones administrativas, flujos de toma de decisiones, cifras estadísticas, grupos demográficos de referencia, investigación y lingüística o traducciones. Respecto a esto último, los policías querían saber quiénes eran los responsables, cómo estaban organizados y quién decidía lo que se traducía.
¿En qué punto el nivel de represión iguala al de nuestras acciones? Para mí, la respuesta es sencilla: el nivel de represión en este momento es mucho mayor que el de las acciones directas anarquistas. La naturaleza de la represión estatal es desproporcionada y nuestra lucha todavía pertenece a una pequeña minoría activa. En Gran Bretaña, el silencio y la falta de acción subrayan la muerte social existente. Pero no siempre fue así. Y el futuro aún está por escribirse. Por eso la infiltración policial seguirá intentando impedir grietas y ataques individuales. Es imposible separar la Operación A-dream de las consecuencias de más de una década de acción directa anarquista y malestar social en Bristol. Aunque estas cosas se encuentran actualmente en un punto bajo, eso no significa que la situación seguirá así. El anarquismo sigue siendo parte del tejido social de esta región del suroeste. Y donde se publican noticias, declaraciones y análisis, siempre seguirá siendo un objetivo importante en la lista de blancos del estado. Las cientos, si no miles, de publicaciones repartidas por todo el mundo, parte de una conectividad del anarquismo contemporáneo, aumentan nuestra capacidad de seguir siendo relevantes y en crecimiento.
Se están produciendo enormes cambios en la sociedad y el descontento masivo tiene la posibilidad de convertirse en una necesaria resistencia vital. La nueva crítica anarquista a la alta tecnología es citada por varios servicios de inteligencia estatales y privados como una amenaza capaz de contagiar a la población de una profunda ira contra el futuro digital. Este futuro planeado maestramente es un vasto estado de vigilancia, parte de una matriz cibernética en la que las máquinas reemplazan a los humanos y la inteligencia artificial se inserta en todos los lugares posibles. De manera similar, vemos que los humanos se vuelven más mecánicos a medida que su entorno se contamina y degrada. Podemos hablar de cuántos fracasos se están produciendo en diferentes sistemas sociales, debido al colapso ecológico y a la transformación económica y postindustrial. Grandes territorios están cambiando rápidamente debido a inundaciones, incendios, sequías y terribles tormentas. Desafíos nunca antes planteados están apareciendo muy rápidamente con graves efectos en puntos importantes relacionados con la agricultura, la migración, la división del trabajo, los conflictos geopolíticos, etc. Nuestras publicaciones y redes de contrainformación son una forma directa de comunicar nuestros análisis y métodos organizativos. La represión reconoce el peligro y el contagio presentes en este mensaje y en la narrativa que poseemos. Para ellos, ilegalizar nuestras publicaciones e intentar imponer sentencias ejemplares es sólo un medio para lograr un fin. Y siempre ha sido así. Si somos eficaces, nos enfrentamos a la represión, la prisión y la muerte. Esto es lo que muchxs compañerxs enfrentan ahora en todo el mundo. En el fondo, algunos de nosotros hemos vivido bajo vigilancia e investigación durante tanto tiempo que cualquier cosa que hagamos podría considerarse criminal, nuestra propia existencia. Vale la pena escribir sobre ello, y cuando leemos y sabemos más sobre lo que otros están pasando y cómo lo afrontan, nuestra fuerza aumenta.
Por último, quería hablar sobre la censura que debo enfrentar aquí, dado que ha sido una característica importante de mi detención y también es parte de lo que estamos discutiendo. Muchxs compañerxs tienen grandes problemas con su correspondencia y con la recepción de literatura. No es extraño. Pero vale la pena decir que se me ha prohibido acceder a la mayor parte de la correspondencia y los libros que me envían. Aunque la administración penitenciaria niega que esto me esté pasando, es absolutamente cierto. Ésta es la fuerza de nuestras cartas, boletines, libros, que llega a nuestros compañerxs y asusta al enemigo. En mi caso, también se me negó el acceso a la prensa socialista, autonomista-marxista y comunista y a los textos que me enviaron partidarios de la izquierda radical, así como a textos que hablaban sobre la historia del movimiento negro, la justicia transformadora y la abolición de la prisión. Los pocos libros anarquistas que logré recibir los conservo aquí en mi celda. La libertad está escrita con tinta y con nuestra sangre, como siempre ha sido y siempre será. Cuiden sus libros, sus periódicos, las cartas enviadas y recibidas: la memoria combativa persiste, transmitámosla a cada nueva generación.
Termino aquí y agradezco sus energías y su atención; un fuerte abrazo a todxs y en particular a quienes sufren la represión por la palabra escrita, ya que de las palabras se derivan los hechos y ese es el tema de hoy. Amor e ira, gracias.
Toby,
Prisión de Garth, 4 de marzo de 2024