Frente a la cadena perpetua encubierta, la acción siempre vale la pena
¿Se esperaba otra cosa de parte del Poder? Aunque ha provocado sorpresa y cierta consternación la condena de 86 años de cárcel, el Poder actuó en consecuencia. Ha castigado acciones contundentes dirigidas contra sus defensores y representantes, la osadía de la rebelión abierta que golpeó sus espacios que creían inexpugnables y también la reivindicación sin tapujos ni ambigüedades de dichos ataques, demostrando que perciben la peligrosidad que lleva implícita la difusión de ideas y acciones.
El Estado ha actuado como lo que es y eso no debería sorprendernos.
Procedió como lo ha hecho históricamente cuando ha sido atacado directamente, cuando han sentido realmente la amenaza de ver en riesgo sus vidas y cuando, mas aun, no ha encontrado sumisión ni arrepentimiento.
Junto con buscar sepultarme de por vida en este lugar, esta sentencia constituye claramente una señal amedrentadora para todos los espacios e individualidades anárquicas que se posicionan abiertamente por el combate en la medida que pretende terminar con prácticas ofensivas que se niegan a desaparecer y que demostraron su alcance y potencialidad en la revuelta de octubre. Es, en definitiva, un golpe al anarquismo de acción en su conjunto que refleja la amenaza que significa para el Poder, lo cual, aunque suene paradójico, da cuenta que la senda insurreccional cumple con parte de sus propósitos. El hecho que se nos persiga, que hayan creado hace años un equipo especializado anti anarquistas que ahora replicaron para combatir al crimen organizado, y que se nos den condenas de 86 años, son indicadores que el camino de la acción preocupa e inquieta a los poderosos.
La insistencia y, por momentos, la intensificación del accionar anárquico ha desembocado en una condena contundente que tiene claramente una pretensión desmovilizadora y un sentido de revancha política.
No obstante, resulta innegable que últimamente no ha existido un avance en la ofensiva anárquica, presentándose, mas bien, un estancamiento e incluso una merma en el desarrollo y multiplicación de prácticas transgresoras. Esto pienso que se debe a múltiples aspectos entre los que se encuentran la variable represiva como también un efecto post revuelta que, al parecer, ha conllevado desmovilización en varios entornos e individualidades. Profundizar en este tema creo que merece un análisis mas acabado que no viene al caso realizar.
Y si me preguntan si valió la pena. Respondo no solo que la valió, sino que la vale y la valdrá absolutamente. Que tomar la decisión individual de rebelarse, cobrar venganza y acabar, aunque sea por un instante, con la impunidad de los poderosos es uno de los momentos mas hermosos que se pueda experimentar. Que enlazar la palabra y la acción superando la mera consigna vaciada de contenido fortalece y otorga sentido a una posición individual y colectiva de conflicto. Que llevar las ideas al terreno de lo posible es siempre necesario e imprescindible si se decide libremente enfrentar al Poder aunque aquello cueste décadas de encierro e incluso la vida. La acción siempre vale la pena.
Esta cadena perpetua encubierta, sentencia que es una de las mas elevadas a nivel internacional contra unx anarquista, evidentemente pretende pacificar, sin embargo depende de nosotrxs que dicha señal cumpla su objetivo. Está en nuestra voluntad y decisión hacer que estas condenas pierdan completamente su sentido e incluso constituyan un motivo mas para atacar, como certeramente lo expuso el «Grupo de acción 6 de julio – Nueva Subversión» luego del reciente ataque explosivo contra una sucursal bancaria.
Aquí adentro, entendiendo, como lo señalé hace unos años, que lxs anarquistas en prisión son compañerxs activxs que se encuentran temporalmente encerradxs, en oposición y evitando el encasillamiento limitante de la figura de «presx», es que pretendo continuar aportando a las diferentes iniciativas del combate anárquico. Insistir en la lucha permanente por la anulación de las condenas de la justicia militar y con la campaña por la liberación del compañero Marcelo Villarroel, la libertad de lxs presxs anarquistas y subversivos y la destrucción de la sociedad carcelaria.
Presxs anarquistas y subversivxs a la calle!
Que las cárceles revienten!
Viva la Anarquía!
Francisco Solar Domínguez
Cárcel La Gonzalina – Rancagua.
Diciembre 2023