«Estamos limitados por mil miedos: el miedo a ser enterrado vivo en algún cuchitril, el miedo a morir durante una acción, el miedo a quedarnos solos, sin el consenso de la gente o apartados por nuestros compañeros. Superar estos miedos nos haría más lúcidos. Muchas «luchas» se construyen sobre estos miedos, son el producto de estos miedos. El miedo nos envenena, y el compromiso es su fruto envenenado. Entonces es el turno de las palabras bonitas, de las teorías bonitas, de las estrategias bonitas a largo plazo, de pintar toda esta mierda de rosa, instándonos a ser prudentes, a ser políticamente «realistas». Pero, por desgracia, aunque se pinte de rosa, la mierda sigue siendo mierda.
Alfredo Cospito, extraído de «Quien está aquí está aquí y quien no está aquí no está aquí».
Las Células de Acción Directa reivindican toda la responsabilidad del ataque incendiario contra la casa del juez Elias Kanellopoulos, en la zona de Cholargós (en los suburbios del noreste de Atenas). Nuestro ataque es una acción en solidaridad con las movilizaciones de los presos en las taules de este país. También es una continuación de la estrategia de atacar personalmente a los implicados en el refuerzo constante de la represión penal y la gestión represiva de las prisiones. Desde el arquitecto del nuevo código penal, Lambros Margaritis, a la directora del organismo de inspección y control de prisiones, Spyridoula Presvia, y ahora a Elias Kanellopoulos, magistrado adscrito al Ministerio de Justicia, que era un estrecho colaborador del ex ministro de Justicia Kostas Tsiaras en el momento en que se redactó y aprobó el nuevo código penal.
Nuestro mensaje es claro. Las Células de Acción Directa no se olvidan de la gente que está entre rejas, de las familias que sufren y son atormentadas por los métodos de los jueces, de la policía y de los guardias que se sienten intocables. No olvidamos a los presos políticos que están pagando el precio de su decisión de unirse a la lucha revolucionaria. Las explosiones ante las casas de aquellos que, de un modo u otro, eligen hacer de la vida de los presos una realidad de pesadilla, llevan directamente a sus hogares, aunque sólo sea a nivel simbólico, la combativa realidad de la permanente amenaza anarquista.
Como dijimos tras el ataque a la casa de Lambros Margaritis: «No hemos terminado con este asunto. Para nosotros, cualquier ataque a los derechos de los presos, conquistados a través de dolorosas luchas, es algo que hay que tomarse muy en serio y, en este sentido, intentaremos con todas nuestras fuerzas mantener esta cuestión en un lugar destacado de la agenda de las formaciones militantes activas en el movimiento de lucha. Les pedimos que se conviertan en un escudo para la protección de los derechos de los presos políticos y que ataquen directamente a los responsables directos de este código penal anacrónico, que nos hace retroceder varias décadas».
Desde hace meses, centenares de presos se movilizan en decenas de cárceles de todo el país, con una serie de reivindicaciones contra el nuevo código penal y penitenciario, así como contra los recientes anuncios de nuevas revisiones del antiguo código, promulgado por el gobierno anterior. Los cambios en las leyes han provocado periodos de privación de libertad aún más largos, la separación de los seres queridos y la pérdida de los ya escasos permisos, la ampliación del régimen especial a categorías más amplias de presos, mientras que el Estado está introduciendo un requisito cada vez más severo de sumisión y arrepentimiento ante los inquisidores de los tribunales. El endurecimiento de la legislación penal y del código penitenciario tiene objetivos concretos. Satisfacer a los partidarios de la doctrina de «ley y orden», que proporcionan los votos a Néa Dimokratía. La creciente esclavitud de los presos, ya sea como colaboradores de la policía o como víctimas de los circuitos extrajudiciales de los grandes abogados, que están en la misma línea que el gobierno de Néa Dimokratía y que, a cambio de los correspondientes honorarios, tienen en sus manos las llaves de la liberación, explotando las ventanas legales en las que está escrito su precio.
En una situación en la que ganan terreno el individualismo, la resignación y la lógica de la rendición, hay ejemplos de lucha que, con su ensordecedora dignidad, desbaratan la legalidad de la sumisión (a menudo acompañados de protestas de solidaridad fuera de las cárceles). Las duras huelgas de hambre y sed de los presos políticos Dimitris Koufondinas, Giannis Michaelides, Thanos Hatziangelou, los once luchadores turcos del Frente Popular, Alfredo Cospito, las decenas de huelgas de hambre en solidaridad con ellos y una serie de movimientos de resistencia de los presos durante este periodo muestran que, incluso en condiciones muy difíciles, las batallas que construyen barricadas de resistencia no son baldías, sino necesarias e imperativas.
Consideramos que es nuestro deber tomar partido, mediante la solidaridad concreta, en la guerra que se libra en el frente penitenciario. Apuntar a los artífices de la legislación que está desmantelando los ya limitados derechos de los presos. Al cártel de jueces que extorsionan a la escoria de la cúspide de la pirámide social, mientras los trabajadores empobrecidos y los enemigos declarados del sistema sufren en sus manos. Los guardias, los funcionarios y todos los secuaces del sistema penitenciario, que siguen siendo los títeres e intermediarios del ministro de turno y que intentan intimidar a los presos y quebrar su moral.
El miedo que Kanellopoulos sintió cuando saltó de la cama al oír la explosión y vio el fuego desde su balcón, es un pequeño premio, un contragolpe en la batalla psicológica en la que él desempeña un papel activo, como engranaje de la burocracia estatal que asfixia a la gente en nombre de la ley. Decimos esto para que quede claro. El hecho de que el miedo pase a su campo es una condición necesaria si queremos hablar de lucha hoy. No más palabras vacías, no más miseria, no más vaguedades académicas y falsos contenidos. Hay una distinción clara y absoluta que disipa la confusión que nos rodea. Quien decide arriesgar su libertad en nombre de la libertad es nuestro aliado, quien habla mucho sin decir nada merece, en el mejor de los casos, nuestra indiferencia.
Solidaridad con los acusados en el caso «compañeros»: Kostas Dimalexis, D.S. y R.Z.
Solidaridad y complicidad con Francisco Solar y Mónica Caballero. Solidaridad con todos los presos políticos que luchan por la subversión, en todas partes del mundo.
Honor para siempre a los comunistas revolucionarios del Frente Popular Harika Kızılkaya, Burak Agarmış, Özkan Güzel y Erdoğan Çakır*:
Porque la pasión por una nueva forma de vida no puede ser reprimida. Si es aplastada mil veces, renacerá de las llamas, una y mil veces.
Vencer el miedo que el sistema infunde a través de la represión para hacernos inactivos.
Construir una amenaza permanente a través de la acción.
Células de acción directa
*Los cuatro miembros del Frente Revolucionario de Liberación Popular (DHKP-C, organización comunista turca), dos de los cuales llevaban mucho tiempo en huelga de hambre en cárceles griegas, murieron el 31 de octubre a manos de guardias fronterizos turcos cuando intentaban entrar ilegalmente en Turquía.
Traducido por Informativo Anarquista
Desde Attaque