La neutralidad suiza no existe
Suiza, que se considera neutral para poder mantener su papel privilegiado de centro financiero mundial, tiene en realidad una gran responsabilidad en muchas guerras en todo el mundo. La industria armamentística suiza exporta armas a todas partes, incluso a países donde hay conflictos armados. Últimamente incluso ha trasladado algunas instalaciones de fabricación al extranjero para eludir las leyes que «prohibirían» la exportación de armas a países en guerra, por ejemplo a Ucrania, alineándose plenamente con la retórica intervencionista belicista de la OTAN.
El papel de Suiza como mercado financiero y principal comerciante de materias primas convierte a este Estado en uno de los principales actores de la devastación del planeta y del saqueo de los recursos de los países del Sur global, alimentando conflictos y obligando a la población a abandonar sus países de origen. No contento con sembrar la miseria en todo el mundo, se enorgullece de «defender» sus fronteras contra la «amenaza» migratoria, con sus militares vigilando las fronteras y soldados de la defensa civil dirigiendo los centros de deportación.
Las campañas contra el servicio militar obligatorio en Suiza se han pacificado con la introducción de la protección civil y el servicio civil. Creemos que el antimilitarismo anarquista no debe limitarse al rechazo del ejército o incluso a la deserción total de todas las obligaciones que este Estado nos impone, sino que debe convertirse en ataque.
Por esta razon, en la noche del 17 al 18 de Junio, en Mezzovico, Ticino, hemos incendiado diez vehiculos de la proteccion civil, que fueron totalmente destruidos y tres vehiculos militares, que lamentablemente solo ardieron parcialmente.
Declaramos con la fuerza de nuestras ideas y acciones nuestra solidaridad con todos los anarquistas tomados como rehenes por el estado y aprovechamos esta oportunidad para saludar a aquellos que se encuentran en los caminos ocultos de la libertad. Los que luchan nunca estarán solos.
La neutralidad suiza no existe. Donde hay capitalismo, hay guerra.
Muerte al Estado, viva la anarquía