VICTORIA EN LA HUELGA DE HAMBRE DE GIANNIS MICHAILIDIS
Una vez más la distopía se acerca peligrosamente a nosotros. El Estado inventa constantemente nuevas formas de socavar cada vez más nuestras condiciones de vida. Los derechos laborales son ya cosa del pasado, ya que los contratos de trabajo parciales, el despido diario de sindicalistas, los accidentes laborales a menudo mortales, los recortes salariales y el reembolso o impago de primas en condiciones extorsionadoras son el statu quo. Al mismo tiempo, cada vez es más descaradamente evidente lo prescindibles que son nuestras vidas para el aparato del Estado. Los 57 asesinatos de Tempe, las deportaciones y repatriaciones diarias de mujeres inmigrantes en términos igualmente asesinos, y el método más «indirecto» de la política de muerte del Estado mediante el aumento de los precios de los productos cotidianos, la electricidad y el gas, así como de los alquileres. Por supuesto, aunque tengas que pagar todo esto, nadie puede garantizarte que al día siguiente seguirás teniendo una casa en la que vivir, puesto que ya no existe la protección de la primera vivienda y la policía y los fiscales pueden aparecer un día en el salón de tu casa y echarte literalmente a la calle en pocas horas con todas las cosas que hayas conseguido reunir.
Para poder establecer esta condición, se gastó mucho dinero en contratar policías de todos los servicios y comprar vehículos oficiales, colocándolos en lugares «clave» como plazas, universidades, colinas y parques infantiles. Aparte de su presencia física, el Estado está más presente que nunca gracias a la instalación de cámaras en cada esquina, colocadas ilegal o legalmente, y a los micrófonos y cámaras de nuestros teléfonos móviles. El «gran hermano» ya no es un personaje ficticio de novela, sino la aterradora cotidianidad en la que vivimos y crecemos, donde el control social es brutal y universal.
En el contexto del totalitarismo moderno no podía faltar la «modernización» del sistema penitenciario y de las cárceles. El Estado y los gobernantes, conocidos por su fetichismo en castigar y torturar a cualquiera que se les oponga, refuerzan constantemente las mazmorras de la democracia, con el objetivo de aniquilar por completo a los militantes encarcelados. Así, en el invierno de 2022, en un intento más global de fortificar el Estado contra la agitación social imperante, se aprueba el nuevo código penal. Según éste, se reintroducen las prisiones de tipo C bajo el nombre de «prisiones de máxima seguridad», se endurecen los procedimientos disciplinarios, se modifican las condiciones para la concesión de permisos y para el despido temporal de los procesados por el 187A o acusados de delitos de robo y drogas, desacreditando así la posición de los presos políticos. También se introduce la prohibición de trasladar a determinadas categorías de presos a cárceles rurales.
En la misma dirección, la autoridad judicial y sus secuaces, a principios de 2022, rechazan la petición de libertad del militante y anarquista Giannis Michailidis, cuando ya ha cumplido 3/5 de su condena, con el pretexto de que es peligroso para cometer nuevos delitos. Así, el compañero se ve obligado a utilizar el medio de lucha más elevado que tiene todo preso, la huelga de hambre, anteponiendo su cuerpo y su propia vida, para ganar lo que le corresponde. Tras 67 días, Giannis decide suspender la huelga de hambre por motivos personales, permaneciendo aún encarcelado sin que se haya aprobado su libertad provisional. Un año después, tras muchas falsas promesas y decisiones de rechazo por parte del estado y sus peones, el compañero ha vuelto a iniciar una huelga de hambre desde el 12/5. Así que un año más el comienzo del verano nos encuentra detrás de las barricadas, junto a nuestro compañero, luchando en la guerra constante que hemos declarado contra el estado y cada uno de sus representantes, pero también contra el complejo de poder y todo lo que lo compone. Al mismo tiempo, en el mismo periodo, se están desarrollando dos importantes juicios políticos contra los compañero encarcelados, Thanos Xatziagkelou, Georgia Voulgari, Panagiotis Kalaitzis y Fotis Daskalas, Iasonas R, Lambros B, Panagiotis B respectivamente. En el primer caso, los detenidos el 8/2 están siendo procesados por el incendio provocado de la Fundación para la Reflexión Nacional y Religiosa. Desde el primer momento Georgia Voulgari asumió la responsabilidad de sus actos, mientras que Thanos Xatziagkelou asumió la responsabilidad política de la organización Acción Anarquista, y finalmente Panagiotis Kalaitzis se declara inocente desde el primer momento y se hace evidente que tenemos otra trama estatal criminalizando sus relaciones amistosas y asociativas. Por otro lado, los 4 compañeros están siendo procesados por el ataque incendiario a la Policía de Tráfico del Pireo. Un caso mal concebido, poniendo a nuestros compañeros bajo custodia con pruebas incompletas.
Por todo ello, como mínima muestra de solidaridad a todos nuestros compañeros perseguidos y encarcelados y a todos los presos de las cárceles, asumimos la responsabilidad del incendio provocado de una furgoneta de COSMOTE en la calle 25 de marzo en la zona de Triandria en la mañana del 24/5.
No es una coincidencia, ya que COSMOTE es otro engranaje de la máquina del capitalismo. Aprovechando la necesidad de las personas de comunicarse a distancia, ya sea en el trabajo o en otras obligaciones de la vida cotidiana, o simplemente de comunicarse con sus seres queridos, esta empresa y las de su calaña se lucran convirtiendo en lujo bienes básicos de la sociedad. Al mismo tiempo, sincronizada con el rápido desarrollo de la tecnología, contribuye al control social de la vida cotidiana facilitando al Estado los datos personales de sus usuarios, ya se trate de sus conversaciones personales, de su localización o de cualquier otro movimiento. La culminación de esta empresa es la prestación de servicios telefónicos en las cárceles. Mediante la venta de tarjetas telefónicas a los presos, un sistema de comunicación telefónica obsoleto, no duda en ampliar sus beneficios incluso explotando la única forma que tienen los reclusos de comunicarse con el mundo exterior. Los presos se ven obligados a pagar sumas exorbitantes de dinero, ya que obviamente las telecards no se les dan gratuitamente, a menudo no pueden permitírselas, y un gran número de ellos, al ser inmigrantes, llaman a otros países, con tarifas aún más elevadas. Así, COSMOTE contribuye también con su pequeña piedra al régimen de exención al que están sometidos los detenidos.
P.D. El compañero Giannis Michailidis ya se encuentra delicado de salud debido a su anterior huelga de hambre. Mientras se siga torturando y jugando con la vida de nuestro compañero, aumentaremos la intensidad de nuestros ataques contra ustedes.
LIBERACION INMEDIATA DEL ANARQUISTA EN HUELGA DE HAMBRE GIANNIS MICHAILIDIS DESDE 12/5
SOLIDARIDAD Y FUERZA A LOS COMPAÑEROS IASONAS LAMBROS Y PANAGIOTIS
SOLIDARIDAD Y FUERZA A THANO, PANOS Y GEORGIA
HASTA LA DESTRUCCIÓN DE LA ÚLTIMA PRISIÓN
Anarquistas