(Extraído de Nunca Fue Opción)
«Hace pocas semanas en el CPF San Miguel se modificó el horario de visita y encomienda, esto por el cese de las medidas preventivas de COVID19. Este ajuste consiste en: Un día de encomienda (Útiles de aseo y vestimenta) y dos días de visita, con la condición de que solo la visita que es en la semana se permite la entrega de alimentos desde el exterior (Fuentes con comida, frutas, snacks, entre otros)
El día de hoy, miércoles 19 de octubre, el penal solo dispuso de 5 funcionarios/as para realizar la revisión protocolar, tanto de las personas como de los alimentos. El horario de visita facilitado es de 09.00 a 11.30 hrs, a eso de las 11.20 hrs todavía quedaban compañeras en el área de visita esperando que dejaran ingresar a sus familiares, incluso al sonar la campana de término aún no ingresaban todos los familiares, el derecho a visita de las compañeras fue negado y solo se les permitió que recibieran las bolsas con comida y el familiar debía salir inmediatamente, en algunos casos la visita no duró más de 10 minutos.
Para empeorar la situación, los/as funcionarios/as de gendarmeria que realizaban el protocolo de revisión corporal exigían a las personas que se desnudaran, obligaban a las mujeres bajar su ropa interior para hacer una inspección vaginal con una paleta que roza a todas quiénes someten, amenazando que no dejarían ingresarlas si no cedían. Hablo de sometimiento en este punto en particular puesto que el desnudamiento es una práctica totalmente prohibida y los sensores deben utilizarse sobre la ropa. En ningún caso se puede exigir que las mujeres muestres sus senos, vagina o ano, pues para eso existen los sensores digitales. Frente a esta situación los/as funcionarios/as respondían que es parte del protocolo, que siempre ha sido así, cuando eran emplazados/as respecto a un afiche informativo que existe afuera del penal sobre la revisión corporal respondían que era «antiguo», que eso ya no existe.
No podemos seguir permitiendo que la humillación y denigramiento sigan siendo costumbre, si bien estas prácticas han sido normalizadas en el cotidiano carcelario, no debemos permitir que continúen ni que pasen desapercibidas, pues es así como los/as carceleros extralimitan sus funciones convirtiendo la visita en una experiencia vejatoria, totalmente humillante. No debemos continuar transando nuestra dignidad solo para que el carcelero nos conceda realizar la visita, las visitas NO son un beneficio y no les debemos las gracias, son un derecho expreso explícitamente en el Reglamento de Establecimientos Penitenciarios.
Todas estas experiencias son comunes en las carceles de todo el territorio, inclusive yo mismx lo viví al realizar la visita en otros penales. Solo depende de nosotrxs hacer algo al respecto y no dejar que estás prácticas abusivas continúen!»
Mawvnhko.