Nuestra memoria, esa que sabe mantener a nuestrxs muertxs junto a nosotrxs en cada una de las expresiones de lucha cotidiana, se reconstruye y se fortalece permanentemente. Lejos de ser contemplativa y pasiva, es una memoria activa que se nutre de la fuerza de lxs compañerxs que ya no están fisicamente a nuestro lado para irrumpir con mayor potencia y asestar duros golpes al orden establecido.
Nuestra memoria nos permite conocer de donde venimos, cuales han sido los caminos de lucha de quienes nos precedieron para así dar pasos sólidos en este continuo de confrontación.
Ha pasado un año desde la partida de la compañera Luisa Toledo y es innegable su presencia en cada uno de los escenarios de conflicto.
Su recuerdo es acción, es ataque, es entender que solo golpeando, arriesgándonos, podremos tomar el control de nuestras vidas. No podía ser de otra manera. Las diversas maneras en que es recordada no son mas que la continuidad de lo que ella proyectó, difundió y practicó incansablemente.
Su férrea coherencia entre lo que planteaba y lo que hacía, ha llevado hoy en día a ser reconocida por practicamente todos los sectores y espacios que se posicionan en lucha. La transversalidad de la figura de la compañera Luisa, sin duda, es una particularidad que pocxs han logrado, lo que refleja su potencia que la ha llevado a estar en el corazón de todxs lxs rebeldes.
La intensidad de sus palabras nos acompañan día a día, en la calle y en la cárcel, y es tarea de nosotrxs convertir esas palabras en acción transgresora que no permita que los poderosos duerman tranquilos.
¡ Compañera Luisa Toledo presente!
¡ Que las cárceles revienten!
Francisco Solar.
Cárcel La Gonzalina-Rancagua
Julio 2022