(Alemania) Ataque al complejo militar-industrial. Reivindicación por el incendio provocado contra dos torres de alta tensión en el centro tecnológico del distrito de Adlershof (Berlín, 9 de septiembre de 2025)

extraído desde La Nemesi y traducido por Informativo Anarquista


(Alemania) Ataque al complejo militar-industrial. ¡Apagón en el parque tecnológico más grande de Europa!”. Reivindicación por el incendio provocado contra dos torres de alta tensión en el centro tecnológico del distrito de Adlershof (Berlín, 9 de septiembre de 2025)

El sabotaje, particularmente exitoso, afectó a una zona muy extensa. Leemos en los medios de comunicación del régimen que, durante días, las 1300 empresas que forman parte del Tecnoparque de Adlershof se quedaron sin electricidad, imposibilitadas para continuar con su trabajo. Se ha estimado una pérdida de varios millones de euros, teniendo en cuenta que «en una semana media, la facturación total de todas las empresas asciende a unos 100 millones de euros». Las llamadas «cámaras blancas» tuvieron que ser completamente reiniciadas, una operación que requiere semanas. El apagón se extendió a todos los alrededores, causando la interrupción total de los servicios públicos, los semáforos, las líneas de transporte, las empresas y negocios de todo tipo y los servicios domésticos. Las usuarios afectados son más de cincuenta mil. Durante bastante tiempo, los números de emergencia, incluido el de la policía, quedaron inaccesibles. Las autoridades y los empresarios no pudieron sino admitir «la extrema vulnerabilidad a la que están sometidas las redes de infraestructuras críticas, especialmente en tiempos de guerra, tensión social y radicalización». Las obras de reparación durarán mucho tiempo y se prevé que se prolonguen durante varios meses de 2026. Henrik Beuster, portavoz de la compañía eléctrica Stromnetz Berlin, afectada por el ataque, afirmó: «Ha sido el corte de electricidad más largo desde el final de la Segunda Guerra Mundial».

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Ataque al complejo militar-industrial. ¡Apagón en el parque tecnológico más grande de Europa!

9 de septiembre, temprano por la mañana: miles de ciudades cobran vida, millones de personas se despiertan con el estridente sonido del despertador que anuncia el comienzo de otro día marcado por la monotonía y la apatía. Quince minutos para tomar un café y luego correr al trabajo. Una hora en transporte público, pocas miradas que se cruzan, nadie habla, todos miran fijamente sus pantallas. Una marea de coches recorre las calles, el ruido de las sirenas asusta a los pocos pájaros que sobrevuelan la ciudad. Los barrios se vuelven cada día un poco más desolados. La soledad se extiende entre la gente, entre edificios de cemento, vallas y cámaras. Rodeados por la presencia de la policía que amenaza con asfixiarnos cada vez más. Pantallas publicitarias que invitan a consumir o a alistarse en el ejército. Sí, aquí estamos otra vez: «Am deutschen Wesen mag die Welt genesen» [el mundo puede curarse gracias al espíritu alemán]. El «giro histórico» exige apretar los dientes por la patria y prepararse para la guerra, para que el «cuerpo del pueblo» se una y haga sacrificios. La militarización avanza y, detrás de la promesa neoliberal de prosperidad, se manifiesta cada vez más abiertamente el rostro fascista. La resignación y el pesimismo ganan adeptos, se respira tristeza.

Las noticias informan continuamente sobre catástrofes. Las guerras y los genocidios no cesan. Es más, en Gaza, el Congo, Sudán y Ucrania se sigue matando y los amos se frotan las manos. Los negocios van viento en popa. Se firman continuamente nuevos acuerdos para explotar los recursos de otros países y privar a las personas de sus medios de subsistencia. Los neofascistas están firmemente en el poder en un número cada vez mayor de Estados y el capital está a su servicio. La ola reaccionaria de antifeminismo y homofobia es alimentada por los techbros (ndt: influencer de la industria tecnológica, representado por un hombre joven, blanco, adinerado y egocéntrico), mientras que la inteligencia artificial continúa su rápido ascenso, haciendo que el mundo sea cada vez más artificial. Su promesa distópica de progreso es una tecnocracia fascistoide con aspiraciones extraplanetarias, como respuesta al colapso del planeta. Todo parece indicar que este mundo está perdido desde hace tiempo, que no hay posibilidad de actuar, que nuestras acciones son inútiles, como si los tiempos de la revuelta fueran ya solo un recuerdo del pasado.

Hoy, sin embargo, no todo funciona tan bien. En el parque tecnológico más grande de Europa, situado en la parte oriental de Berlín, donde suele concentrarse una intensa actividad, esta normalidad parece haberse disipado en las primeras horas de la mañana, en pocos minutos. La oscuridad ha sido sustituida por un rayo de esperanza, porque la apatía y la frustración no son las únicas reacciones posibles ante esta realidad opresiva.

No, hoy no es un día normal. Cientos de directores generales de empresas e institutos de investigación que operan en los sectores de la informática, la robótica, la biotecnología, la nanotecnología, la industria aeroespacial, la inteligencia artificial, la seguridad y el armamento han recibido la triste noticia de que su parque tecnológico de Adlershof ha dejado de funcionar. Aunque solo haya sido por un breve periodo de tiempo, esto ha bastado para comprometer gravemente sus sensibles supermáquinas y sus procesos operativos. Dos torres de alta tensión de 110 kV en Königsheide y Johannisthal han resultado dañadas por un incendio provocado, lo que ha causado un apagón en el parque tecnológico. Pedimos disculpas a los residentes que han sufrido consecuencias en sus hogares, no era nuestra intención. No obstante, consideramos que estos daños colaterales son aceptables, a diferencia de la destrucción de la naturaleza y la sumisión, a menudo mortal, de las personas, de la que muchas de las empresas aquí instaladas son responsables día tras día. Su obstinación en la carrera por el progreso tecnológico y la continua expansión de la explotación industrial frente a las catástrofes actuales tienen consecuencias mucho más graves. Para todos y de forma permanente. La voluntad incondicional de imponer este objetivo por la fuerza militar, si es necesario, muestra lo que realmente importa: el beneficio y el poder. Este hecho no puede ocultarse ni con divertidos espectáculos de drones en el cielo nocturno ni con robots dotados de inteligencia artificial que juegan al fútbol, como los que de vez en cuando se presentan al público aficionado a la tecnología en Adlershof. Sus grandilocuentes eslóganes publicitarios sobre innovación, sostenibilidad y progreso no son más que una maniobra engañosa en el campo de batalla de la construcción narrativa para desviar la atención del hecho de que, en realidad, construyen instrumentos que traen muerte y destrucción. Todos los modelos empresariales imaginables en los sectores de la industria de alta tecnología mencionados, con sede en el parque tecnológico de Adlershof, tienen, de una forma u otra, una función de consolidación del sistema y son, entre otras cosas, producto de intereses militares. Sus maniobras garantizan la supervivencia de la máquina capitalista de la muerte. Todos ellos son el verdadero objetivo de nuestra acción.

Sin embargo, sería demasiado ambicioso revisar las más de mil empresas y desenmascarar todas sus fechorías. La lista sería interminable. Por lo tanto, limitaremos esta tarea a unos pocos ejemplos que ilustran de manera ejemplar la indescriptible interconexión entre la investigación, la ciencia y la tecnología, por un lado, y la guerra, la destrucción del medio ambiente y el control social, por otro.

ATOS: uno de los gigantes de la cibernética que desarrolla, entre otras cosas, productos informáticos y aplicaciones basadas en la inteligencia artificial para actividades militares y policiales. Para el ejército alemán, el grupo gestiona el proyecto HaFIS (armonización de los sistemas de información de mando) y construye contenedores funcionales a prueba de balas equipados con infraestructura informática. Para el bélico Estado de Israel, ATOS gestiona un centro de datos de alta seguridad para las autoridades de defensa y seguridad israelíes. De este modo, se convierte en cómplice de la guerra y el genocidio.

ASTRIAL: una empresa que, además de ocuparse de las infraestructuras de seguridad para las ciudades inteligentes, destaca sobre todo por su compromiso con la guerra global de las autoridades fronterizas contra los migrantes. Sus sistemas de mando y control procesan enormes cantidades de datos procedentes de sensores terrestres, marítimos, submarinos, subterráneos, aéreos y espaciales para optimizar la caza de personas en las fronteras exteriores del mundo occidental.

CENTRO ALEMÁN DE AERONÁUTICA Y AEROESPACIAL (DLR): en la era de la policrisis, el espacio es un ámbito muy disputado y el DLR se beneficia enormemente del fondo especial militar del Gobierno federal alemán. La investigación en el campo de la tecnología militar es parte integrante del programa del DLR. Por ejemplo, el DLR apoya los vuelos de entrenamiento de la Fuerza Aérea o gestiona, en colaboración con la Bundeswehr, un centro de competencia para la medicina aeroespacial en Colonia.

EDAG: socio desde hace mucho tiempo de la industria de la seguridad y el armamento. La empresa desarrolla vehículos militares con ruedas y orugas, soluciones para la seguridad marítima y aeronaves militares tripuladas y no tripuladas. En resumen: todas las máquinas imaginables diseñadas para matar.

EUROVIA/VINCI: una de las mayores empresas de construcción e infraestructuras del mundo, implicada, entre otras cosas, en la construcción del controvertido depósito francés de residuos nucleares. VINCI también construye centros de detención (para expulsiones), aeropuertos y autopistas. Con sus numerosas filiales, la empresa también opera en el sector energético y está ampliando cada vez más su presencia en el mercado de armamento. Recientemente, la filial Actemium de VINCI anunció la adquisición de Wärtsilä SAM Electronics GmbH, que opera para la marina alemana y los astilleros de Hamburgo, Wilhelmshaven, Elmenhorst, Bremerhaven y Kiel.

JENOPTIK: esta empresa tecnológica de Jena opera en la interfaz entre la seguridad interna y la defensa militar, ofreciendo productos como telémetros láser, cámaras térmicas, LED, ópticas infrarrojas y poliméricas, que se utilizan, por ejemplo, para el reconocimiento militar o la protección de infraestructuras. Actualmente, destaca su software «TraffiData», utilizado, entre otros lugares, en la zona fronteriza con México y ampliado, a petición de las autoridades fronterizas estadounidenses, con «TraffiCatch» para hacer más eficiente la búsqueda de personas indeseadas.

ROHDE & SCHWARZ: empresa tecnológica y militar que produce tecnología de radio para equipos de radio militares y sistemas de vigilancia que se venden a grandes empresas tecnológicas, gobiernos y servicios secretos de todo el mundo. Los productos de R&S se utilizan, por ejemplo, en el control de fronteras (como en Arabia Saudita), en vehículos militares, aviones, barcos y en el control de misiles y similares. Pero también en equipos de interceptación de la policía y los servicios secretos.

SIEMENS: no hay prácticamente ningún sector de la industria pesada y militar en el que no estén presentes los productos de Siemens. Sistemas de armamento, submarinos nucleares, portaaviones, tanques, reactores nucleares, presas, parques eólicos, prisiones, aeropuertos y mucho más. Estos megaproyectos suelen ser muy controvertidos, como el Tren Maya en México, los proyectos de presas de Erdogan en Kurdistán o, más recientemente, la construcción del cable eléctrico submarino EuroAsia Interconnector que conecta Israel con Chipre y Grecia. El grupo también apoya otros proyectos de infraestructura israelíes en la Jerusalén Oriental ocupada y en los asentamientos israelíes de Cisjordania.

TRUMPF: una empresa a la vanguardia en la guerra internacional de chips por la supremacía en el mundo digital. Ya se trate de teléfonos inteligentes con transmisión de datos ultrarrápida y reconocimiento facial, gafas inteligentes, inteligencia artificial, autos autónomos, sistemas de misiles, drones o sistemas de armas, TRUMPF siempre está a la vanguardia. Los semiconductores están en todas partes y la empresa alemana TRUMPF, en colaboración con Zeiss y ASML, desempeña un papel clave en su producción gracias a sus sistemas de litografía EUV. Sin sus componentes, el mundo de la alta tecnología se detendría.

Este sabotaje no solo tiene como objetivo identificar y perturbar a los enemigos de la libertad, sino que también es un llamamiento a ampliar la acción ofensiva en general y, en particular, esta forma de acción que conduce a una interrupción efectiva del sistema. Es un llamamiento a dejar atrás de una vez por todas la frustración y la desilusión. Es un grito para proclamar que nuestras ideas anarquistas y nuestras ganas de actuar prosperan y que las acciones temerarias de los gobernantes siempre tendrán consecuencias. Esto se aplica especialmente a los cómplices de la industria armamentística, porque no nos quedaremos de brazos cruzados mientras se masacra a personas o se las condena a morir de hambre en sus guerras.

Atacar las infraestructuras críticas significa golpear una de las principales arterias de la sumisión del hombre sobre el hombre y del hombre sobre la naturaleza. La red eléctrica representa la historia del progreso y constituye el requisito fundamental para el desarrollo imparable hacia una sociedad altamente tecnificada, como la que conocemos hoy en día. Esta sociedad, sometida a la tecnología y al capital, parece ser, por ahora, el resultado final de los logros de la civilización y está causando la destrucción casi irreversible del planeta, cuyo alcance no tiene precedentes en la historia de la Tierra. Por no hablar de las sangrientas guerras por el poder y los recursos que los amos imponen a sus siervos. Su insaciable deseo de crecimiento los empuja, literalmente, a apuntar cada vez más hacia las estrellas. La electricidad es la principal fuente de energía que alimenta todas las máquinas y el «progreso» necesario para reproducir el sistema actual. ¡Es posible apagarla y también es posible sustituirla por una vida en libertad, sin dominio ni explotación!

Sabotear el ataque tecnológico. ¡Desconectar el complejo militar-industrial!

Siempre agresivxs, ¡nunca enlistadxs para la guerra!

Algunxs anarquistas