Extraído de Act for Free y traducido por nosotrxs
Hace un año, el compañero Kyriakos Xymitiris perdió la vida mientras fabricaba un artefacto explosivo. Había decidido responder de esta forma dinámica a una gran injusticia, a una política de clase y antisocial del Estado, para defender un derecho… Fuera lo que fuera lo que había decidido hacer, fuera cual fuera la acción que había elegido, sin duda se trataba de una acción política armada contra un sistema de poder salvaje y profundamente injusto que, en nuestra época, muestra cada vez más su cara antisocial y racista. Un sistema de poder profundamente clasista que ahora muestra abiertamente su odio hacia todo lo que no le reporta ganancias y poder.
El compañero Kyriakos perdió la vida mientras recorría el camino de la acción armada contra el sistema. En la gran historia mundial de la lucha armada, muchos, muchas combatientes han dado su vida en la lucha contra gobiernos autoritarios, contra regímenes totalitarios, contra políticas antisociales, contra guerras entre Estados. Dieron su vida en la lucha por una sociedad mejor. Dieron su vida luchando con un arma en la mano.
Dieron su vida colocando o construyendo artefactos explosivos. Dieron su vida por una sociedad sin divisiones, sin pobreza, sin guerras, por la liberación social.
En esta lucha, nadie se pierde. La muerte no borra sus huellas sociales y políticas, que permanecen profundamente grabadas en la historia revolucionaria.
Hoy y cada día que pasa vemos cómo los enredos del Estado y el capital aplastan a millones de personas. El sistema de poder ha sacado a relucir todas las armas que tiene y las está utilizando para sofocar la resistencia, consolidar el consenso mediante la coacción y la violencia, mantener la pasividad en la base social, imponer todas las medidas antisociales que desea y aumentar los beneficios del gran capital robando a la mayoría. El capital y los Estados modernos están mostrando su cara más brutal y despiadada en la superficie de la historia. O bien amplían y refuerzan su soberanía sobre otros Estados o dejan que los privilegios de su soberanía se reduzcan y se marchiten. En medio de una profunda crisis sistémica que tiene un pasado y un futuro y en la que los Estados y el capital se hunden cada vez más, cada día vivimos de forma generalizada, indirecta o directamente, limpiezas sociales, guerras, genocidios de pueblos enteros, racismo descarnado, exterminio de los parias, explotación económica extrema. Todo ello está conectado en una red de gestión de la crisis de supervivencia del sistema y de mantenimiento de los beneficios de los superricos del planeta. Junto con todas las formas de violencia desatadas por el sistema de poder dominante contra los débiles, también se está desatando el veneno del odio hacia los diferentes y los débiles que afecta a la juventud. La resistencia y la lucha contra el Estado son cada vez más exigentes y, al mismo tiempo, cada vez más necesarias.
Lo mínimo que se le debe a luchadores como Kyriakos, que no se doblegan, que no se rinden, que no temen enfrentarse a la opción de la acción armada en una época en la que la violencia excesiva del régimen está superando todos los precedentes históricos modernos, es convertirse en referentes para la continuación de la lucha y en inspiración para todxs.
El compañero Kyriakos seguirá siendo para siempre un ejemplo vivo de dedicación total y altruismo en una lucha común que concierne a toda la sociedad.
El compañero Kyriakos Xymitiris siempre estará presente en la lucha por la liberación social de las cadenas del Estado y el capital.
Es inmortal.
Pola Roupa – Nikos Maziotis