extraído desde Indymedia Athens
(Grecia) Mauricio Morales y Kyriakos Xymitiris siempre presentes en la guerra social, lienzo en Tesalónica
Lienzo colgado en Tesalónica con motivo del 16º aniversario de la muerte del compañero Mauricio Morales en Chile
Nadie nos salvará del desierto.
Sólo esta promesa a nosotros mismos
como enemigos de la muerte
Juramento a la vida
Mientras haya quien se dedique
para los fines de aquello
que otros dijeron que era un fin
también tenemos ignición
en las conspiraciones que murieron al nacer
a los que están desaparecidos
a los que fueron capturados
a los que no olvidan el color del fuego
En la madrugada del 22 de mayo de 2009, en Chile, el compañero anarquista Maurcio Morales murió al estallar un artefacto que llevaba en su mochila y que pretendía internarlo en la Escuela de Gendarmería. Era un compañero que dedicaba su vida a la Causa anarquista, difundiendo propaganda, solidarizándose con luchadores presos y participando en todos los aspectos de la lucha.
A mediodía del 31 de octubre, el luchador armado anarquista Kyriakos Xymitiris perdió la vida al detonar un artefacto explosivo en el interior de un apartamento de la calle Arkadias, en el barrio de Ampelokipi, en la batalla por la liberación social y de clase.
Un estallido rompe el silencio de una vez por todas y ya nada vuelve a ser igual. Nuestro compañero se ha ido y ahora una carga inconmensurable recae sobre los que quedan atrás. La carga de la responsabilidad de preservar su memoria, la carga del compromiso absoluto con él, que llevaremos a todas partes y para siempre.
Las similitudes prácticas de las muertes de nuestros compañeros son muchas, pero poco significativas. La razón por la que perdieron la vida es porque en la guerra social adoptaron una posición y eso es lo que vale la pena mantener. Una posición de combate en primera línea de resistencia, una posición de dignidad y de ataque, una posición de convergencia absoluta de discurso y acción hasta el final. Sus propias acciones, su esencia moral, su paso por los campos de batalla y el legado político que dejan, que hablan por sí mismos y por nuestras propias bocas, son el camino que recorren a través de la historia. Ahora nos toca a nosotrxs levantar del suelo la semilla negra que dejaron nuestrxs compañerxs muertxs y plantarla sin pensarlo dos veces en lo más profundo de nuestros corazones.
La llama en los ojos de nuestrxs compañerxs, sin embargo, nunca se ha apagado, nos mantiene enardecidxs a cada paso de nuestra acción, ilumina el camino hacia la Rebelión, la Revolución, la Anarquía. Es nuestro deber histórico convertirnos en el combustible que alimente esta llama para que nunca se apague.
Compañerxs, por su memoria revolucionaria, por las luchas dadas, por sus cuentas pendientes con los caníbales del poder, por cada sueño incumplido, estamos aquí para recoger el hilo de la resistencia.
Por una vida entregada a una tormenta de sueños…
Mauricio Morales
Kyriakos Ximitiris
Y todxs lxs que cayeron luchando contra el podrido mundo del poder
SIEMPRE PRESENTES